10 jul 2011

Estábamos solos al borde de la noche y el hielo se reposaba despacio en el cristal. Estábamos solos al borde la noche y otros ojos como dormidos buscaban la felicidad en imágenes inventadas y sueños que crecían con la muerte del tiempo. Nosotros no lo necesitábamos ¿Para qué soñar cuando podíamos mirarnos hasta que se nos consumieran las pupilas? Tu mano buscaba la mía entre el tiempo perdido y los desencuentros de otras primaveras. El frío que me quemaba la sien y vos temblabas contra mi cuerpo mojado. Una puerta decide liberarse de las ataduras y se golpea sola, me deja caer en tus brazos. Estábamos solos al borde de la noche y vos eras el mejor de los remansos.

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