25 ago 2011


Todos los ojos son los de Manuel. Las sonrisas, los rostros, los gestos. Todos son Manuel, de algún u otro modo.

Manuel mira desde los ojos de ese que me atendió ayer, Manuel sonríe con mis compañeros de clase, Manuel está en el gesto de ese que subió al colectivo y no entiende por qué lo miro tanto.

Manuel está todo el tiempo. Lo veo todo el tiempo y es frustrante no poder acercarme para saludarlo, no poder preguntarle cómo están todos. Porque no, no es Manuel. Sospecho que lo encuentro en todos los ojos, sólo para que los míos dejen de llorarlo.

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