12 jun 2011

El huracán

Leí mucho sobre este fenómeno que afectó a una parte considerable de la población hace unas semanas. Nadie supo explicarme qué fue bien lo que sucedió, cómo se encadenaron los hechos que llevaron a la migración de gran parte de la ciudad. Oí hablar mucho sobre el huracán pero los oradores solía confundir causas y efectos, fechas y sucesos. Algunos hasta se atrevieron a dar conferencias sobre este temible huracán que revolucionó la ciudad por un par de días.
La verdad del fenómeno sólo vive en algunos de nosotros, que conocimos sus causas antes que sus efectos. Nosotros que supimos de su alcance y lo advertimos, alarmados. Pero no pudimos dilucidar sus causas, no lo vimos nacer. No pudimos hacer nada, entonces, para prevenir sus efectos y así millones de viviendas quedaron devastadas. Cuando supimos del huracán, ya se nos estaba viniendo encima y nos cubrimos como pudimos pero nos arrastró con los miles de lamentos y quejidos que fue cultivando a su paso.
Nos tildaron de mentirosos, de charlatanes cuando hablamos de los factores que lo provocaron. Nos tildaron de canallas, de ladrones. No pudimos explicarles que también el huracán devastaba nuestros hogares y mataba a nuestros perros.
Ya no quedan vestigios de lo que solía ser mi casa. No hay más que escombros. Pero me niego a migrar como tantos otros. Con la esperanza irrevocable, voy a reconstruirlo todo. El huracán será sólo un mal recuerdo para esta triste ciudad.

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