04-noviembre

Desayunamos tostadas y café con las chicas. Y de ahí nos preparamos para salir al parque Aconcagua. La altura me hace doler la cabeza, qué sé yo… pero me manejo.
La caminata fue más larga de lo estipulado porque los guarda parques estaban de paro. Hacia frío pero la caminata lo acallaba. Fue difícil porque la falta de oxígeno pero llegamos. Comimos algo rico y seguimos.
En el camino nos encontramos con el puente Confluencia o Brad Pitt (acá Brad Pitt grabó una peli). Temblaba todo el tiempo y daba la sensación de que íbamos a caernos ahí, pero resistió y no morimos.
La bajada estuvo mejor. Pasó más rápido, hizo menos frío y estuvo coronada por un instante de silencio enfrente de una laguna/lago con un pico nevado atrás. Esos silencios son prefectos y hubo tres en todo el viaje, uno más precioso que el anterior.
Cuando bajamos asistimos al acto de inauguración del busto de San Martín. Fue un acto muy lindo, muy emotivo. Entre un himno tocado en vivo, un general retirado que conmovía al hablar y la inmensidad de las gigantescas montañas.
Después, pasamos por un el cementerio de los andinistas. Otro lugar muy movilizante. Ahora estamos en el hostal, acabamos de merendar. No hay agua. No nos podemos bañar. Pero no importa, en un rato vamos a una fiesta del ejército.
Facundo Arana visitó la compañía de cazadores (oh! Drástico cambio de tema). Nos sacamos una foto con él y firmó múltiples autógrafos. Hasta le pasaron un teléfonos y le pidieron que grabara vídeos. Me hizo acordar mucho a Axel y su manera de comportarse con el público.
Después del episodio de Facu Arana y después de escuchar muchos comentarios histeria post-famosos (Descubrí que convivo con gente muy cholula), partimos hacia el convierto de la banda militar.
Creí que iba a ser más aburrido (y al principio lo fue) aunque me divertía mirando las “caras de enojados” de los soldados, con los comentarios de Lauti Wax y los de Mauri. Después, todo se puso más bizarro. Todo comenzó con una zamba, nada loco. Malambo, okey. Pero después llegó Chayanne con Torero y Cacho con Garganta con Arena (increíble la cara de Fer y luego sus bailes con Dante y Nahue).
Terminó bien arriba y bien bizarro con Soy feliz de Richard Montaner, acompañado por un excelente baile de la gente copada del taller (no toda, pero sí una gran parte). La coreo estaba coordinada, por supuesto, por Fer (¿quién otro podría?)
Después fuimos a cenar al comedor que estaba ahí al lado y comimos una ricas empanadas y/o pizettas. Con Talca ¡al fin probamos la bendita Talca!
Cuando empezaba la pachanga y surgían ganas de bailar, Juan nos mandó de nuevo a dormir. Aunque debemos cederle algo a Juan, dejó que los chicos tomaran cerveza.
Nos fuimos a dormir. Tuvimos una pequeña charla sobre costumbres raras y manías hasta que Maia nos pidió que “bajemos la voz”.
Memo: cuando Natu preguntó: “¿Facundo Arana está bajando ahora?” Levantó la mano y todo.